Érase una vez un chaval normal y corriente que se hallaba en plena adolescencia. Este chaval podría catalogarse como pringao, pues siempre le habían dicho que tenía que ser buena persona, estudiar y labrarse un porvenir. Además este chico no tenía un físico demasiado desarrollado, lo que hacía que, potenciales abusones o listillos se metieran …